undefined_peliplat

La carta de Gustavo "Coco" Nicolich y la historia de Alvaro Mangino

La sociedad de la nieve nos cuenta la historia del vuelo 571, estrellado en Los Andes en 1972. De los 45 pasajeros y tripulantes sobrevivieron 16, que se alimentaron de los cadáveres de los muertos para sobrevivir en tan extremas condiciones durante 10 semanas.

Pero yo quiero destacar principalmente:

La historia de amor de Gustavo "Coco" Nicolich y Rossina Machitellli y la de Alvaro Mangino y Margarita Arocena

Coco Nicolich escribió varias cartas a su familia y otras a su novia Rossina mientras se encontraba varado en los Andes tras el accidente, aunque nunca pudo enviarlas personalmente debido a que falleció por un alud, su mensaje pudo llegar a sus seres queridos y se dio a conocer al publico.La historia de amor de Gustavo Los primeros días, el sobreviviente comenzó a escribir cartas para su novia de entonces, Rossina Macitelli, y para su familia en las hojas de un cuaderno de aviación.

"Estamos en un lugar divino, todo cerrado por montañas y con un lago en el fondo que se va a deshelar apenas comience el deshielo. Estamos todos muy bien. La moral existente es increíble y hay colaboración permanente entre todos. Roy, Diego, Roberto, Carlitos y yo estamos perfectamente bien, solo un poco más flacos y barbudos. El domingo pasado, pasaron por arriba nuestro dos aviones, dos veces cada uno, por lo que estamos muy tranquilos y, lo que es más, convencidos de que nos van a venir a buscar. Lo único que nos hace dudar un poco es que, como el avión se desvió de la ruta, quién sabe todavía si nos vieron. Nuestra fe en Dios es increíble (se podría decir que es común en ciertos casos como este), pero yo creo que está muy por encima, ¿Se preguntan cómo vivimos? Bueno, la verdad que el avión no está todavía perfectamente acondicionado y por el momento no es un gran hotel, pero ya va a quedar bastante bien. Agua tenemos de sobra, puesto que hacemos constantemente. Comida, tuvimos la suerte de que nos quedara una lata de Costamar, cuatro de dulce, tres latas de mariscos, algunos chocolates y dos botellas de whisky chicas. Por supuesto que la comida no es muy abundante que digamos, pero da para vivir. Los días acá, cuando son lindos, se puede estar afuera hasta más o menos hasta las seis de la tarde; ahora, si están nublados, generalmente nos quedamos en el hotel y solo sale una pequeña cuadrilla a buscar nieve. Los cuartos no son muy cómodos, puesto que las habitaciones son para 26 personas (no pudimos conseguir para menos), pero algo es algo, el espacio es un poco reducido, puesto que lo que quedó del avión fue de la cabina (que está deshecha) hasta la parte de las alas, que quedaron diseminadas muy atrás. Para que hubiera espacio, tuvimos que sacar todos los sillones para afuera y cuerearlos para que hubiera mantas para todos. Como verán, poco a poco estamos mejorando el confort.

Los extraño mucho y constantemente le pido a dios que, por lo menos, si me quiere llevar hacia el infinito, me deje verlos un día más, no me puedo olvidar de cuando llegaba todas las noches de tu casa, Rossina, y te veía a vos mamá tejiendo o arreglando algo, ni de vos papá, cuando me llevabas a la facultad o cuando charlábamos los sábados (puesto que la verdad, los últimos días te veía poco); culpa mía por supuesto."

Rossina, no te podés imaginar lo que te extraño, no tengo manera de decírtelo; suerte que, en la billetera, tenía una foto tuya y todas las noches, antes de acostarme, le doy un beso, todo como si estuviera ahí, en tu casa, despidiéndome de ti. Lo único que quiero hora es llegar, casarme contigo si tu quieres. Pero, no puedo pensar mucho en todo esto porque lloro mucho y me dijeron que tratara de no llorar porque me deshidrato: es increíble ¿no?. Los volveré a ver si Dios quiere, de no ser así, lo único que les pido es que tengan un gran valor y no se preocupen por mí porque estoy seguro de que Dios me llevará con él. A ti Rossina, ya no se de qué manera decirte que te quiero y te adoro y que te extraño de una manera tan sobrenatural que nunca hubiera creido que yo podría querer así tan intensamente.”La historia de amor de Gustavo "La idea que tengo ahora es volver a verte, casarme contigo e irnos a vivir a alguna chacrita apartada, que estoy seguro de que voy a conseguir. Todo esto es muy lindo, pero tengo un poco de miedo de que, si esto se prolonga mucho, como quedaré mentalmente. Espero que no me pase nada, pero si no me vas a tener que ayudar mucho. Rossi, andá pidiéndole permiso a Bettina para venir este verano a La Paloma conmigo, pero no por una semana, sino por todo el verano porque después de esto yo no puedo ni tengo el valor para estar ni un segundo lejos de ti. En todo caso, decile a Bettina que se venga con nosotros y si querés a Ana. Yo también las extraño mucho. Hoy a la mañana, me acordaba de los días en La Paloma en lo de Cecilia, de Luisa, Patricia, René y de todos tus amigos y pensando en que son la cosa más divina que conocí. También, pensaba cuando me enojaba contigo y me parecía tan increíble poderme enojar contigo que, desde los Andes, te pido que me perdones y nunca te acuerdes de cosas malas de mí"

Finalmente, el 29 de octubre de 1972, falleció con tan solo 20 años de edad junto a 7 compañeros supervivientes debido al alud que ocurrió en los Andes y nunca pudo entregarle personalmente estas cartas a su novia, Rossina, pero su amor traspaso la tinta de sus palabras y nos demostro que hasta en su momento mas critico de su vida tenia un amor puro e inmenso hacia su novia, un amor verdadero e incomparable que murio en los Andes aquel 29 de octubre.

Alvaro Mangino y Margarita Arocena:

Aquel viernes 13 de octubre de 1972 Álvaro Mangino era solo un adolescente uruguayo de 19 años que estaba de novio con Margarita Arocena y viajaba a Santiago de Chile junto a sus amigos. Él no formaba parte del club "Old Christians Club" de Montevideo ni tampoco iba al colegio Stella Maris, sus amigos le insistieron para que los acompañe pero la tragedia de los Andes le cambió su vida para siempre.La historia de amor entre Álvaro Mangino, uno de los sobrevivientes de la tragedia de los Andes, y Margarita Arocena que atravesó a Previo al viaje a Chile, Álvaro intercambió cadenitas con su novia, Margarita. A él le tocó la crucecita, y esta lo acompañó los 72 días en la montaña. Solía hablar con ella por las noches, le hablaba a la cruz, estando seguro de que ella, desde Carrasco, podía escucharlo. Le contaba cómo había sido su día, que la extrañaba y que iba a volver pronto, todas las noches y en cada momento que estaba triste o se sentía solo.

Ella, en Uruguay, sabía y estaba segura de que Álvaro estaba vivo en algún lado; jamás perdió la fe de que iba a volver. Ese fue su faro, su guía para sobrevivir, el de los dos. En la película, Álvaro, en el rescate, besa la cruz de Margarita sabiendo que por fin la va a volver a ver.

Image
Juan Caruso y Camila Giannotti como Alvaro y Margarita

Hoy en día, Álvaro y Margarita están casados hace 50 años y tuvieron cuatro hijos y son dos abuelos muy felices, que viven en Uruguay.

Así fue el rodaje de La sociedad de la nieve, el éxito de Netflix:  entrevista exclusiva a Felipe Ramusio y Juani Caruso | Ciudad Magazine
Juan Caruso interprete de Alvaro en la sociedad de la nieve con Alvaro y Margarita

Más populares
Más recientes
comments

¡Comparte lo que piensas!

Sé la primera persona en comenzar una conversación.

64
comment
1
favorite
6
share
report